martes, 2 de enero de 2018

Nicola Girasoli Papa Francisco. La iglesia de lo esencial (Paulinas, Lima, 2017, 107 pp)

Basta con leer la bella dedicatoria para intuir el tono y la medida de esta obra entrañable: "Al Papa Francisco, que cada día, con la palaba y el ejemplo, nos invita a vivir el ministerio pastoral con humildad, entrega y desapego".

Me la acaba de regalar Monseñor Lino, obispo de Carabayllo, y me la acabo de leer de un tirón matinal gracias a esperas y traslados. Es como una conversación amical, sencilla, profunda, cariñosa, con el representante oficial del Papa en el Perú, su nuncio Mons. Nicola Girasoli, auténtico regalo del Señor, por su cordialidad y espíritu de comunión.

Tiene el mérito de ser las vivencias de un representante de la Santa Sede en Argentina, testigo cercano al entonces arzobispo de Buenos Aires, Card. Jorge Mario Bergoglio en sexenio del 2000 al 2006.

El título lo toma de la reciente homilía del Papa en Medellín (9 de septiembre de 2017): "Ir a lo esencial es ir a lo profundo…a lo que cuenta y tiene valor para la vida".

Mons. Girasoli, fascinado por el arzobispo "fuera de lo común", registra los diferentes encuentros personales y públicos mantenidos con el Cardenal Bergoglio y nos los presenta en diez ágiles capítulos: La Iglesia de lo esencial (sin incrustaciones), la humildad del perfil bajo, el ejercicio desinteresado de la caridad como el Buen Samaritano (mucho más que una ONG), el ministerio sacerdotal concebido como servicio y nunca como carrera (con la presencia, accesibilidad, sencillez, custodiando la fragilidad del pueblo, en salía, confiando cien por cien, 0 arribismo, al estilo de Santo Toribio Mogrovejo), el ejemplo de San Juan Pablo II y el Nuncio Mons. Ubaldo Calabresi, la piedad popular como viático de esperanza,  su presencia en la tragedia de Cromañón (unidad y refugio en el Señor), liderazgo en la Conferencia Episcopal Argentina (unidad y conciencia de un pueblo), su claridad doctrinal y realismo pastoral, el cuidado de la imagen personal.

El autor se sirve de las homilías, conferencias, recortes de prensa, estampas como las de San José (del que ofrece los significativos textos) y que tanto supuso en el despertar de las vocaciones jesuíticas cuando ejerció como provincial; otro tanto se nos comparte con María Desatanudos de tanto alcance entre las familias y el pueblo de Buenos Aires.

Se reconoce "apasionado admirador del Papa Francisco" y nos revela entrañables anécdotas de la que fue testigo como la vivida el 30 de diciembre del 2004 y que provocó la muerte de 194 personas, sobre todo jóvenes, y cerca de 1.500 heridos. El Cardenal fue al instante y se mezcló con los socorristas y voluntarios. "Un testimonio silencioso y fuerte. Una presencia generosa de ayuda al desgarrador sufrimiento de los padres de familia…Una caricia con palabas de consuelo a las tantas madres desconsoladas. Un abrazo del corazón el Pasto que tácitamente, en un momento dificilísimo, debe tener unida a su grey, del Padre que comparte el dolor que ha abofeteado una ciudad entera y golpeado a familias enteras" p.78.  Tal tragedia reveló a la Nación entera uno de los rasgos esenciales del hoy Papa Francisco: "estar en medio del pueblo de Dios, hacerles sentir a todos la cercanía del Pastor, con autenticidad y no por motivos de oficio y de protocolo, del Pasto que se preocupa concretamente por todos los ciudadanos, que vena sus llagas, que os consuela, que sabe darles un sólido mensajes de esperanza; del Pastor que configura y encauza en la justa y eficaz dirección el grito de justicia del pueblo humilde y subyugado" (p.81).

¡Magnífico aporte para prepararnos pastoral y espiritualmente para la visita al Perú!

Gracias amigo Francesco Pini por tu traducción, gracias a Paulinas por la oportunidad y calidad de la edición.